Cuando teníamos en Santa Isabel una sensación térmica de 37º C. nuestros bomberos voluntarios se encargaban de apagar el fuego que tal vez por un descuido o travesura quemó gran parte de las hojas secas que había en el piso, yuyos y parte del tronco de varios eucaliptus. Después de varias horas de labor, lograron controlar los focos de incendio.
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