El inventor neozelandés Glenn Martin probó con éxito su prototipo para volar con un motor sujeto a la espalda y espera comercializarlo antes de 18 meses, un sueño que ha hecho fantasear durante mucho tiempo a los amantes de ciencia ficción. Tras 30 años de investigaciones obstinadas, consiguió a finales de mayo elevarse
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jueves, 9 de junio de 2011
El sueño de los hombres y los pájaros enfermos
En Nueva Zelanda, un inventor prueba con éxito un prototipo para volar con un motor en la espalda. Saldría a la venta en el 2012 y costaría unos 100 mil dólares.
El inventor neozelandés Glenn Martin probó con éxito su prototipo para volar con un motor sujeto a la espalda y espera comercializarlo antes de 18 meses, un sueño que ha hecho fantasear durante mucho tiempo a los amantes de ciencia ficción. Tras 30 años de investigaciones obstinadas, consiguió a finales de mayo elevarse1.500 metros sobre el
suelo, sujeto a un maniquí, y sobrevolar las mesetas de la región de
Canterbury, en la isla del sur de Nueva Zelanda. “Las primeras personas en
utilizarlo será personal médico para las intervenciones de urgencia”, explicó
en su taller de Christchurch. “Luego será posible equiparlo con cámaras,
para informaciones sobre el tráfico por carretera, y emplearlo para ir al trabajo,
o para divertirse”. El artilugio futurista de este inventor, que se
inspiró en las series televisivas de su infancia, está en fase de prueba y
habrá que esperar hasta 2012 para que salga a la venta por unos 100.000 dólares
(69.000 euros). Más grandes que sus predecesores, el jetpack está compuesto por dos cilindros con motores V4 2 litros de inyección
directa, de 200 caballos, sujetos a un mando de fibra de carbono, todo ello con
un peso inferior a 115 kilos. El aparato puede volar teóricamente 30
minutos a una distancia de 50 kilómetros , pero el inventor trabaja en
versiones que ofrezcan más posibilidades.
El inventor neozelandés Glenn Martin probó con éxito su prototipo para volar con un motor sujeto a la espalda y espera comercializarlo antes de 18 meses, un sueño que ha hecho fantasear durante mucho tiempo a los amantes de ciencia ficción. Tras 30 años de investigaciones obstinadas, consiguió a finales de mayo elevarse
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